5/12/21

Falsa alarma

 Una misteriosa señal de radio desde Próxima Centauri fue una falsa alarma

Vista nocturna del radiotelescopio Parkes. Crédito: CSIRO, Wayne England.

Una señal de radio detectada por un telescopio australiano en 2019, que parecía proceder desde la estrella más cercana al Sol, no era extraterrestre, informaron dos investigaciones diferentes.

“Es una interferencia de radio de origen humano de alguna tecnología, probablemente en la superficie de la Tierra”, dice Sofia Sheikh, astrónoma de la Universidad de California, Berkeley, y coautora de ambas investigaciones.

Pero la perturbación, detectada por Breakthrough Listen –un ambicioso esfuerzo privado de 100 millones de dólares para la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI)–, al principio parecía suficientemente intrigante para que astrónomos realizaran una búsqueda de casi un año para comprender su origen. Fue la primera vez que datos de Breakthrough Listen desencadenaron una búsqueda detallada, y la experiencia pone a los científicos en una mejor posición para estudiar futuras detecciones candidatas.

“Es realmente valioso para nosotros tener estos ensayos”, dice Jason Wright, astrónomo de la Universidad Estatal de Pensilvania. “Necesitamos estas señales candidatas de modo que podamos aprender cómo las trataremos; cómo probar que son extraterrestres o humanas”.

Señales misteriosas
Desde 2016, Breakthrough Listen ha utilizado telescopios de todo el mundo para escuchar con atención en busca de posibles transmisiones de civilizaciones extraterrestres. El programa ha detectado millones de señales de radio de origen desconocido, casi todas las cuales pudieron ser clasificadas rápidamente como procedentes de interferencias en la Tierra, de fuentes como torres de señales de teléfonos móviles o radar de aviones.

La señal de 2019 era diferente. Fue detectada por el radiotelescopio Parkes Murriyang de 64 metros en el sureste de Australia y provenía de la dirección de Próxima Centauri; la estrella más cercana al Sol, a solo 1,3 parsec (4,2 años luz) de distancia. Próxima Centauri es de alto interés para los investigadores de SETI, no solo por su cercanía. La estrella tiene al menos dos planetas, uno de los cuales orbita a la distancia justa para que exista agua líquida en su superficie; un prerrequisito para que exista vida como la de la Tierra. Una iniciativa hermana de Breakthrough Listen, conocida como Breakthrough Starshot, tiene como objetivo enviar diminutas sondas a este planeta en el futuro para buscar vida allí.

La misteriosa señal fue la primera encontrada el año pasado por Shane Smith, estudiante del Hillsdale College en Michigan, quien estaba trabajando como becario de investigación en Breakthrough Listen. Smith estaba examinando los datos que Parkes había recolectado durante seis días en abril y mayo de 2019. El telescopio había estado haciendo observaciones en la dirección de Próxima Centauri durante 26 horas. No estaba buscando específicamente extraterrestres en ese momento, sino que estaba monitoreando llamaradas en la superficie de la estrella, lo que podría disminuir la posibilidad de que surja vida en los planetas cercanos.

Los datos incluyeron más de 4 millones de señales de la vecindad de la estrella, pero Smith notó una señal cerca de los 982 megahercios que parecía originarse en la estrella misma y que duró aproximadamente 5 horas. “Estaba emocionado de encontrar una señal que encajaba con todos los criterios que estaba buscando, pero inmediatamente fui escéptico y pensé que tenía que haber alguna explicación simple”, dice Smith. “Nunca pensé que la señal causaría tanta agitación”.

Smith compartió la información con su supervisor, Danny Price, quién lo publicó en el canal de Slack de Breakthrough Listen, y el equipo comenzó a investigarlo en serio. “Lo primero que pensé fue que debía ser una interferencia, lo que supongo que es una actitud saludable, para ser escéptico”, dice Price, astrónomo de la Universidad de California en Berkeley y científico de Breakthrough Listen en Australia. “Pero después de un momento comencé a pensar, esta es exactamente la clase de señal que estamos buscando”.

La señal, nombrada BLC1 (por “Breakthrough Listen candidate 1”), fue la primera en pasar todas las pruebas iniciales del programa para descartar fuentes obvias de interferencia. “Claramente me hizo preguntarme ‘¿y si lo fuera?’ por un tiempo”, dice Sheikh.

Sheikh, Price y un gran grupo de colaboradores comenzaron a trabajar en posibles explicaciones, desde satélites sin catalogar a transmisiones de naves espaciales. En Australia, la banda de radiofrecuencia cercana a los 982 megahercios está principalmente reservada para aviones, pero los científicos no pudieron identificar ninguno que hubiese estado en el área y que pudiera explicar la señal, y ciertamente ninguno que dure 5 horas.

En noviembre de 2020 y en enero y abril de 2021, los investigadores apuntaron el telescopio Parkes a Próxima Centauri para ver si podían captar de nuevo la señal. No la captaron.

Eventualmente, el equipo detectó otras señales en el conjunto original de datos que se parecían mucho a la señal en 982 megahercios, pero estaban en diferentes frecuencias. Estas señales habían sido descartadas por el análisis automatizado del equipo como interferencias terrestres. Un análisis más detallado mostró que BLC1 y esas señales similares eran interferencia de una fuente desconocida. Las señales se habían ensuciado unas a otras, así como un amplificador de guitarra modula y distorsiona una nota de la guitarra, lo que hizo tan difícil de identificar a BLC1 como una interferencia.

Origen terrestre

Dado que la señal no reapareció en las observaciones de 2020 y 2021, pudo proceder de un equipo electrónico defectuoso que fue apagado o reparado, dice Sheikh. El equipo sospecha que estaba relativamente cerca de Parkes, tal vez a unos pocos cientos de kilómetros. La frecuencia de la señal cambia en una manera que es consistente con osciladores de cristal de bajo costo como los que se encuentran comúnmente en computadores, teléfonos y radios, dice Dan Werthimer, astrónomo de SETI en la Universidad de California, Berkeley, quien se especializa en procesamiento de señales.

Junto con otro estudiante, Sheikh está ahora usando algoritmos de aprendizaje automático para determinar en qué frecuencia estaba transmitiendo el equipo de la interferencia, lo que podría ayudar a descubrir su fuente. Un misterio aún sin respuesta es por qué la señal apareció solo cuando el telescopio fue apuntado a Próxima Centauri. Podría ser solo una coincidencia desafortunada, si la cadencia de la interferencia coincidía con la cadencia en que el telescopio estaba observando la estrella.

Las interferencias de radio han afectado otras búsquedas astronómicas antes, como cuando señales intermitentes captadas por Parkes terminaron siendo el resultado de personas que calentaban sus almuerzos en microondas. La famosa señal Wow!, detectada en 1977 por un radiotelescopio en Ohio, fue una poderosa señal tan intrigante que el científico que le encontró escribió “Wow!” en el margen de la impresión del computador, pero su origen nunca pudo ser rastreado.

Las búsquedas extraterrestres se volvieron mucho más sofisticadas desde entonces, señala Sheikh. “Muchos grupos asumieron que si tenías una detección que solo se mostraba cuando apuntabas a la fuente, eso era todo, abran el champán, ya está”, dice. “A medida que la tecnología cambia, la forma en que investigamos las señales también tiene que cambiar; y eso no había pasado hasta BLC1”. Uno de los artículos publicados presenta una lista de verificación detallada para ayudar a los astrónomos a determinar si su señal es realmente extraterrestre o no.

“El universo nos da un pajar”, dice Ravi Kopparapu, científico planetario del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. “Y es nuestra necesidad encontrar la aguja, y asegurarnos que realmente es una aguja lo que encontramos”.
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