19/1/21

Curiosas antenas.

 Recibiendo señales de radio con antenas no convencionales.
 (The Electrical Experimenter, EE.UU. 1915).

Esta página fue publicada en octubre de 1915 en la pionera publicación “The Electrical Experimenter”, EE.UU. bajo la dirección del más grande propulsor de la radio de los primeros tiempos, Hugo Gernsback, (además de otros temas como la Ciencia Ficción, de aquí que los premios de cine de esta categoría hayan recibido el nombre de “Premios Hugo”).

La recepción de radio, y más en los primeros años, no era, no es posible sin antenas. Grandes y altos mástiles, muchas veces de varios hilos. Inclusive se llegaron a usar los árboles como antenas. Cuánto más alta mejor. “Déle más aire a su antena”, rezaba el título de un folleto que Radio Nederland Wereldomroep enviaba a sus oyentes con el fin de que el oyente de onda corta escuchara mejor las señales lejanas.

En esta ilustración, que podemos ofrecerla aquí buen tamaño (cliquea en la imagen para verla a mayor tamaño en una nueva pestaña de tu navegador), para apreciar sus detalles, se muestran varios ejemplos prácticos que eventualmente podían sustituir al tradicional hilo de cobre en la azotea, por otras opciones, motivadas en gran parte por la imposibilidad del oyente de poder erigir en el exterior tan importante elemento radioeléctrico.

Ya conectados a las cuerdas de acero del piano, en el ático de una casa, o al estilo “slinky” en forma de espiral (y que en los cuarenta, a partir del juguete, también fue popularizada como antena). O a la cerca, o al cable de acero del ascensor. Y también, conectada a láminas de hojalata fijadas en la pared, a un cielorraso metálico, o a la cama de bronce; incluso, a una escalera de incendio, o a un paraguas.





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