8/1/22

Primera transmisión por radio de la historia.

Heinrich Rudolf Hertz
(Hamburgo, 1857 - Bonn, 1894) Físico alemán que descubrió la propagación de las ondas electromagnéticas en el espacio y estudió la naturaleza y propiedades de las mismas, sentando las bases que llevarían a Marconi a una invención destinada a revolucionar las comunicaciones: la radio.
Heinrich Hertz

En 1887, en un célebre experimento, Hertz logró transmitir ondas electromagnéticas entre un oscilador (antena emisora) y un resonador (antena receptora), confirmando experimentalmente las teorías del físico inglés James C. Maxwell sobre la identidad de características entre las ondas luminosas y electromagnéticas. En su honor se denominan ondas hertzianas o hercianas a las ondas electromagnéticas producidas por la oscilación de la electricidad en un conductor, que se emplean en la radio; también deriva de su nombre el hercio, unidad de frecuencia que equivale a un ciclo por segundo y que se representa por la abreviatura Hz (y sus múltiplos: kilohercio, megahercio y gigahercio).


Hertz siguió después investigando otros temas científicos, hasta elaborar unos Principios de mecánica (que aparecieron después de su muerte, en 1894) en los que desarrollaba toda la mecánica a partir del principio de mínima acción, prescindiendo del concepto de fuerza.


Biografía
Hijo de un senador, Heinrich Rudolf Hertz empezó los estudios de ingeniería, pero luego se inclinó por la física, que estudió en Munich y Berlín. En esta última ciudad se graduó en 1880 y fue auxiliar de Hermann von Helmholtz. En 1883 era profesor libre en Kiel, donde comenzó a interesarse por la teoría electromagnética de Maxwell. En 1885 marchó a Karlsruhe como profesor de física del Politécnico; permaneció allí hasta 1889, y durante aquellos cuatro años llevó a cabo las investigaciones que le valdrían la celebridad.

Algún tiempo antes, Helmholtz había llamado su atención respecto a un premio que, desde 1879, ofrecía la Academia de Ciencias de Berlín a quien hallase una confirmación experimental de la relación entre las acciones electromagnéticas y la polarización de un dieléctrico; se trataba de demostrar la existencia de las "ondas electromagnéticas", previstas y casi adivinadas ya desde el año 1870 por James Maxwell, por medio del cálculo matemático.

Heinrich Hertz no mostró interés en un principio hacia aquel galardón, por cuanto creía imposible la demostración de cualquier analogía entre tales acciones. Sin embargo, los tiempos eran ya bastante maduros para permitir que hombres geniales pudieran dar validez experimental a una teoría que había de constituir una de las bases de la unidad física, y en esos mismos años Hendrik Lorentz, en Holanda, intentaba formular una teoría aplicable a tal clase de fenómenos.



Emisor y receptor de Hertz (1887)

Pero en Karlsruhe, donde pudo contar con los instrumentos adecuados, Heinrich Hertz logró demostrar en 1887 la propagación de la acción electromagnética en el espacio. Para ello se sirvió únicamente de unos hilos metálicos encorvados en forma de anillo entre cuyos extremos se dejaba una interrupción de apenas una fracción de milímetro. Cuando una de estas anillas, adecuadamente orientada en el espacio y usada como estación receptora, era invadida por una oleada de ondas electromagnéticas, las variaciones del campo magnético conexas con el paso de aquellas ondas generaban en el pequeño anillo corrientes inducidas de altísima frecuencia, y entre los extremos del mismo anillo saltaban pequeñas chispas; tales chispas revelaban el paso de las ondas electromagnéticas.


Hertz divulgó los resultados en el artículo Oscilaciones eléctricas muy rápidas, publicado en los Wiedemann Annalen (1887). Continuando sus investigaciones experimentales en los dos años siguientes, Hertz consiguió medir la longitud de onda y la velocidad de propagación de las ondas electromagnéticas, y halló para su velocidad un valor muy aproximado al previsto por Maxwell (es decir, la velocidad de la luz: 300.000 kilómetros por segundo). Mostró que estas ondas son "transversales", como las de la luz, y descubrió asimismo que en las ondas electromagnéticas se daban también los fenómenos de reflexión, refracción y polarización.


Con todo ello la teoría electromagnética de Maxwell, formulada dieciséis años antes, encontró una confirmación experimental, y fue posible establecer la naturaleza electromagnética de la luz. Hertz hizo públicas estas investigaciones en una memoria científica y en una conferencia pronunciada en 1889 ante la sociedad alemana para el progreso de las ciencias naturales y de la medicina, en Heidelberg. En Bonn, adonde había sido llamado ese mismo año para suceder a Rudolf Clausius en la cátedra de física de la Universidad, Hertz prosiguió sus experiencias, y se ocupó de las descargas eléctricas en los gases enrarecidos. Otro de sus descubrimientos fue el efecto fotoeléctrico.

El conjunto de los escritos de Heinrich Hertz se reunió en Gesammelte Werke (1894-1895), obra que consta de tres volúmenes: El primero incluye algunos trabajos y la conferencia dictada en Heidelberg en la Asamblea de los naturistas: “Sobre las ondas eléctricas” Schriften vermischten Inhalt, el tomo dos es “Trabajos Varios” Untersuchung der elektrischen Kraft y y el tomo tres es “Principios de mecánica” Die Principien der Mechanik. en ellos intentó dar una nueva forma a las leyes fundamentales de esta ciencia, fueron su última labor.

 Heinrich Rudolph Hertz murió enfermo, a la edad de 37 años, en la ciudad de Bonn, el 1 de enero de 1894. Después de una larga enfermedad que durante dos años lo tuvo alejado, por lo menos parte del tiempo de sus clases y su laboratorio. Una infección de las cavidades nasales se transformó en septicemia o envenenamiento de la sangre.

Las telecomunicaciones deben su existencia a Hertz y es por ello por lo que, como homenaje, la comunidad científica dio su nombre a la unidad de frecuencia de las ondas hertzianas, radiofrecuencia o altas frecuencias empleadas en las transmisiones inalámbricas, el hertz o hercio, Hz, decisión que en 1930 tomó la Comisión Electrotécnica Internacional.

Mediante el hertz se determina también la medida de la corriente alterna de baja frecuencia que llega hasta las industrias y nuestros hogares. Sus múltiplos como, por ejemplo, el kilohertz (kHz), el megahertz (MHz) y el gigahertz (GHz), se utilizan en la práctica para medir las altas frecuencia de todo tipo de emisiones inalámbricas, como las de radio, televisión, telefonía móvil o celular, radiocontrol, etc., así como la frecuencia de trabajo de los microprocesadores de los ordenadores o computadoras.

HACIA LA RADIO

Primer transmisor de Marconi que incorpora una antena monopolo . Consistía en una hoja de cobre elevada (arriba) conectada a un espacio de chispa Righi (izquierda) alimentado por una bobina de inducción (centro) con una tecla de telégrafo (derecha) para encenderlo y apagarlo para deletrear mensajes de texto en código Morse .

Hay que señalar que los rudimentarios instrumentos que empleó Hertz en sus experimentos no son en absoluto comparables a las perfectas estaciones radioemisoras o receptoras de nuestros días. Pero ya en 1894, los trabajos de Hertz llamaron la atención de Guglielmo Marconi, un joven físico italiano de veinte años que comenzó a diseñar y construir, como en los experimentos de Hertz, emisores de ondas y dispositivos para detectarlas.

Marconi perfeccionó pacientemente sus instrumentos, y la distancia de sus transmisiones fue aumentando sin cesar: al principio la medía en centímetros, luego en metros y después en kilómetros, hasta que en 1901 envió una señal en código Morse desde Inglaterra hasta Terranova, hito que marca el nacimiento efectivo de la radiotelegrafía sin hilos. 

La verdadera expansión de la radio como medio de comunicación, sin embargo, vendría de manos del químico Reginald Fessenden, ayudante de Edison. En lugar de pulsaciones de Morse, Fessenden tuvo la idea de enviar una señal continua, modulándola según las ondas sonoras, y haciendo con ello posible la transmisión de voz y música; en diciembre de 1906 emitió su primer programa radiofónico.

El canadiense Reginald Aubrey Fessenden en su laboratorio se cree alrededor de 1906



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